El ruido es un problema de salud pública que debe ser atendido por la sociedad en su conjunto.
En el año 1996, el Centro para la Audición y Comunicación (CHC) fundó el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, para alertar y crear conciencia en la población sobre los riesgos que tiene el ruido para el trastorno auditivo y su impacto en la salud.
Este día pretende llamar la atención e incentivar a las instituciones públicas y privadas a informar a los ciudadanos de los peligros que genera la exposición al ruido a largo plazo, así como a invitar a las personas a realizarse pruebas auditivas.
Solo somos conscientes de una parte de los efectos que produce el ruido en nuestro entorno. Por ejemplo, cuando no podemos dormir o cuando hay un ruido fuerte puntual. Muchas veces dejamos pasar estas molestias, lo cual va causando un deterioro progresivo en nuestra salud física y mental, al estar sometidos a niveles de ruido constantes.
Ruido en el trabajo
La exposición a niveles altos de ruido durante el trabajo puede provocar daños auditivos. Por lo general, se trata de un proceso gradual, y, en ocasiones, la persona no se percata del empeoramiento de su audición hasta que al daño provocado se une a una pérdida auditiva por razón de la edad.
https://www.youtube.com/watch?v=XmlC-6PIfa0&t=1s&ab_channel=InternationalLabourOrganization
Por qué es importante abordar la cuestión del ruido
El ruido en el trabajo puede provocar daños auditivos permanentes e incapacitantes. Estos pueden producirse de forma gradual, a partir de la exposición al ruido a lo largo del tiempo, pero los ruidos repentinos y extremadamente fuertes también pueden provocar daños. El daño es incapacitante en la medida en que puede impedir que las personas entiendan lo que se les dice cuando se les habla, que mantengan una conversación o que utilicen el teléfono.
La pérdida auditiva no es el único problema. Las personas pueden contraer tinnitus (pitidos, silbidos, zumbidos o murmullos en los oídos), una afección molesta que puede provocar trastornos del sueño.
El ruido en el trabajo puede interferir en las comunicaciones y hacer que los avisos sean difíciles de oír. También puede reducir la percepción que tiene una persona de lo que ocurre a su alrededor. Estos factores pueden provocar riesgos para la seguridad, que pueden resultar en lesiones o la muerte.
Cómo puede el empleador evaluar si tiene un problema de ruido
Probablemente el empleador deba adoptar medidas en relación con el ruido si se da alguno de los siguientes casos:
- si el ruido es intrusivo (como una calle muy transitada, una aspiradora o un restaurante muy concurrido) o peor que intrusivo durante la mayor parte de la jornada de trabajo;
- si los trabajadores tienen que levantar la voz para poder tener una conversación normal cuando les separan unos 2 metros durante, como mínimo, parte del día
- si los trabajadores utilizan maquinaria o herramientas mecanizados ruidosos durante más de media hora al día;
- si el sector en el que trabajan se caracteriza por tareas ruidosas, por ejemplo, la construcción, la demolición o la reparación de carreteras, la carpintería, el procesamiento de plásticos, la ingeniería, la fabricación de textiles, la manufactura en general, el forjado o la estampación, la fabricación de papel y cartón, el enlatado y embotellado, la fundición, y la manipulación de residuos y el reciclado, y
- si se producen ruidos debido a impactos (como martilleo, forja por estampación, utilización de herramientas de impacto neumático, etc.), a fuentes explosivas como las herramientas de carga explosiva o detonadores, o a armas.
Ejemplos de situaciones en las que el empleador debe tomar en consideración los problemas de seguridad en relación con el ruido:
- si se utilizan sonidos de advertencia para evitar situaciones peligrosas o alertar acerca de las mismas;
- si hay prácticas de trabajo que dependen de comunicaciones verbales, y
- si se realizan tareas en torno a maquinaria móvil o a circulación.
Cómo puede el empleador controlar el ruido
Hay muchas maneras de reducir el ruido y la exposición al mismo. Prácticamente todas las empresas pueden decidir adoptar medidas prácticas y económicamente eficaces para controlar los ruidos.
En primer lugar, el empleador puede pensar en cómo retirar la fuente de ruido por completo, por ejemplo, desplazando una máquina ruidosa a un lugar donde los trabajadores no puedan oírla. Si no es posible, puede estudiar la posibilidad de:
- utilizar equipos más silenciosos o un proceso distinto y menos ruidoso;
- realizar controles técnicos para reducir el ruido de la máquina o proceso en su origen;
- utilizar pantallas, barreras, carcasas y materiales absorbentes para amortiguar el ruido que llega a las personas expuestas;
- diseñar y disponer el lugar de trabajo para crear puestos de trabajo tranquilos, o
- limitar el tiempo que las personas pasan en las zonas ruidosas.
Escoger equipos y maquinaria más silenciosos
Al alquilar o comprar equipos, el empleador debería tomar en consideración el ruido, al igual que otros factores (por ejemplo, idoneidad para la tarea, eficacia). Debería comparar los datos relativos al ruido de distintas máquinas y escoger entre las menos ruidosas.
Cuándo debería utilizarse protección auditiva
Debería suministrarse protección auditiva a los trabajadores:
- cuando necesiten protección adicional, al margen de las mejoras obtenidas gracias a las medidas adoptadas para reducir el ruido, y
- para la protección a corto plazo, mientras se desarrollan otros métodos de control del ruido.
El empleador no debería recurrir a la protección auditiva como alternativa a la adopción de medidas técnicas y organizativas para controlar el ruido.
Los trabajadores a los que se suministra protección auditiva deberían recibir formación para aprender a utilizarla.
Detección de los daños auditivos
Si la evaluación de los riesgos indica que existe un riesgo para la salud para los trabajadores expuestos a ruidos, se les debería someter a vigilancia de la salud adecuada (controles periódicos de la audición).