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Por Maria Alexandra Malagón

Ft. Mg. En Prevención de Riesgos Laborales

Universidad del Rosario, Colombia.

Docente del programa de Gestión de la seguridad y salud Laboral

Politécnico Grancolombiano

Toda actividad laboral implica un esfuerzo físico importante, el cual con el tiempo se puede ver reflejado como algún tipo de degaste en nuestro cuerpo o incluso como alguna enfermedad laboral.

Por este motivo, se aborda que es la carga física en los lugares de trabajo y cuáles son los factores que la desencadenan, teniendo en cuenta que ésta se relaciona con las exigencias principalmente musculares o corporales como la fuerza y aquellas posturas adoptadas mientras laboramos, la cual se define como el conjunto de requerimientos físicos a los cuales el trabajador se ve sometido a lo largo de la jornada laboral.

Los esfuerzos físicos determinan consecuencias desde molestias simples, lesiones que se pueden recuperar, hasta deterioro  irreversible de nuestras estructuras y enfermedades crónicas, e inician con la presencia en el cuerpo de residuos como el ácido láctico secundarios de la contracción muscular y cuando sus niveles son muy altos, su acumulación desencadena lo que conocemos como fatiga muscular siendo consecuencia de la carga de trabajo excesiva o repetitiva de nuestras actividades en el trabajo.

Dentro de los desencadenantes se habla sobre posturas forzadas, prolongadas o estáticas, así como la manipulación manual de cargas, el levantar, halar, o empujarlas a lo largo de la jornada; así como de los movimientos repetitivos, todos estos resultantes en la conocida fatiga muscular.

Por todo lo anterior se abarcó el tema sobre cómo prevenir esta fatiga, articulando aspectos como las pausas activas, las cuales, de forma inicial se enfocan en minimizar y prevenirla a través de ejercicios de corta duración que resultan en una mejoría de síntomas y en el descanso de estructuras sobre cargadas; versus la posibilidad de realizar gimnasia laboral, concibiendo esta última como una herramienta que verdaderamente permite mejorar las características del cuerpo humano como la fuerza, la resistencia, la potencia muscular, el equilibrio y la coordinación, entre otras; que de acuerdo con los objetivos del programa y los requerimientos específicos necesarios al pensar en una actividad laboral, son fundamentales para conservar y/o potencializar la capacidad de hacer frente a jornadas largas y exigentes de trabajo con salud y una calidad de vida cada vez mejor de ser constantes.

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